El ojo que todo lo ve no puede verse a sí mismo

Hola a todos! Hace poco escuché que el mundo es para los que se atreven. Me lo tomé muy en serio. Me he atrevido a volver. A volver a este blog, a volver a casa de mis padres, a mi pueblo, a enfrentarme a la cara de la mediocridad de la que he huido durante 7 años, la que me hizo correr tan rápido y tan lejos, y que de algún modo he echado de menos. Uno no sabe cuándo parar, así que después de una serie de eventos mayores decidí volver a mi punto de partida, a coger algo de perspectiva.Sí es verdad que traigo equipaje, un marido y la lengua muy suelta....jajaja. La gente comenta que fui muy valiente cuando me fui....Yo digo que hace falta más coraje para volver...Y qué tengo que decir hoy de "la gente", ese término tan general y tan afilado, al que parece que nunca pertenecemos nosotros mismos!! Pues creo que somos un constante planear y ejecutar. Proyectamos lo que queremos que pase y lo que no pase, muy cuidadosamente, y le añadimos códigos secretos a nuestros actor rutinarios, para hacerlos de alguna forma mágicos. Todo va al puchero, a la pócima que nos hará diferentes al resto. Los que han vivido más y nos miran protectores los llamo obreros; estos se encargan de poner raíles que desvían nuestros caminos posiblemente de un amargo destino, y mientras ellos trabajan, su propio tren los lleva derechitos a su propio agujero, nadie se libra señores, no hay pócima. Entonces, sabemos cuándo parar de meter las narices dónde no nos llaman? Hasta dónde está permitido jugar a ver más y mejor que los demás? Y una cosa más, cuando uno se va, nunca vuelve por completo...

Shaila